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Iryna Vasylkova / Cortesía
Iryna Vasylkova no puede evitar la sensación de tristeza e impotencia al ver a las tropas rusas invadir Ucrania. Dijo que le duele ver a su “bella ciudad de Kiev” donde estudió por 15 años ser destruida.
“Todos los pueblos están siendo atacados, no hay ningún lugar pacífico en Ucrania en este momento”, dijo Vasylkova quien actualmente reside en Los Ángeles. “Ucrania se ha convertido en un infierno de la noche a la mañana. Mi corazón está hecho pedazos”.
Vasylkova, quien es directora del programa de diplomacia cultural del Centro de Arte Ucraniano (UAC), contó que la primera bomba cayó el 24 de febrero a las 5 de la mañana (hora local) en el territorio donde vive su hermana.
Ellas no pudieron contactarse hasta el próximo día cuando la hermana le contó que tuvo que huir en pijamas hacia el pueblo de sus abuelos, quienes tienen 90 años y son huérfanos de la Segunda Guerra Mundial.
Su madre está en otra ciudad donde intenta resguardarse en un sótano y su padre de 67 años está trabajando y sirviendo a su nación para defender y fortalecer las fronteras de su pueblo.
Añadió que estando tan lejos de casa, trata de hacer lo que está a su alcance para que Ucrania prevalezca. Esto incluye organizar manifestaciones para pedir ayuda internacional.
Este sentimiento es compartido por miles de ucranianos por todo el mundo, incluyendo los que viven en el sur de California y quienes se han hecho escuchar en protestas.
El condado de Los Ángeles cuenta con aproximadamente 26,000 ucranianos. El sábado cientos de ucranianos se manifestaron en Westwood, Hollywood y Studio City. El domingo un grupo liderado por el Centro Cultural Ucraniano (UCC) de Los Ángeles se reunió en Santa Mónica.
El profesor de UC Riverside Paul…