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Encuentro entre los presidentes Joe Biden y Luis Abinader ayer para discutir, entre otras cosas, el despliegue de una fuerza de seguridad en Haití

Emmanuel Paul
Emmanuel Paul - Journalist/ Storyteller

El presidente Joe Biden se reunió ayer en la Casa Blanca con su homólogo dominicano, Luis Abinader.

Durante una reunión, los dos jefes de Estado “discutieron la situación de seguridad en Haití y el despliegue de una misión multinacional de apoyo a la seguridad (MSS) en Haití”, según un comunicado publicado en el sitio web de la Casa Blanca, sin proporcionar más detalles sobre el caso de Haití.

Hace más de un mes, el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas adoptó una resolución autorizando el despliegue de una fuerza multinacional en Haití, que estaría dirigida por Kenia. Desde entonces, no ha habido un anuncio oficial de las Naciones Unidas sobre la fecha de llegada de los primeros contingentes. También hay una acción legal en Kenia destinada a impugnar el proyecto de liderar la misión en Haití.

Joe Biden y Luis Abinader también discutieron la necesidad de “profundizar las relaciones bilaterales entre Estados Unidos y la República Dominicana y abordar varias prioridades compartidas”, según el comunicado de la Casa Blanca, que agrega que “los dos líderes discutieron cómo nuestros dos países pueden seguir cooperando estrechamente para promover el desarrollo económico sostenible para nuestros pueblos, incluido a través del Partenariado de las Américas, y tomar medidas para combatir el cambio climático”.

Mientras Joe Biden da la bienvenida a Abinader, los líderes haitianos han sido excluidos de las discusiones sobre el futuro de Haití. En este momento, no hay información de la Casa Blanca sobre una posible reunión con el primer ministro de facto de Haití, Ariel Henry.

Esta reunión se produce en un momento en que el jefe de Estado dominicano decide enfrentarse a Haití en protesta por la construcción de un pequeño canal en el río Massacre en Ouanaminthe.

Hace aproximadamente un mes, Luis Abinader ordenó el cierre de todas las fronteras aéreas, terrestres y marítimas con Haití hasta que se detenga la construcción del canal. Más tarde, autorizaría la reapertura de las fronteras, pero los haitianos no parecen interesados en la cuestión de la reapertura de la frontera.

En Ouanaminthe, en el departamento del Noreste, las barreras permanecieron cerradas, mientras que los dominicanos reabren las suyas todas las mañanas. Los habitantes del Noreste tomaron esta decisión para exigir el respeto de los derechos de los haitianos antes de reanudar las actividades comerciales con la República Dominicana, el principal socio económico de Haití.

Haití representa el segundo mercado más grande para la República Dominicana, después de Estados Unidos.

Desde el cierre de la frontera, la economía dominicana ha sufrido pérdidas significativas, según varias instituciones dominicanas.

Sin embargo, la decisión también tiene consecuencias para Haití, que depende en gran medida de la República Dominicana para productos esenciales.

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