Alberto Fernández junto a Eduardo “Wado” de Pedro y Juan Manzur
“Milagros no hago”. Roberto Feletti, secretario de Comercio, puso en palabras la impotencia que sienten en el interior del Gobierno en plena “guerra” contra la inflación. Las medidas anunciadas hasta el momento no alcanzarán para amortiguar los más de 6 puntos de inflación que proyectan tener en la Casa Rosada cuando se conozcan los números de marzo.
La inercia inflacionaria ya era difícil de parar antes de la invasión de Rusia a Ucrania. Pero la guerra empeoró el escenario. Según explicó el funcionario kirchnerista, ambos países concentran cerca del 29% de las exportaciones mundiales de trigo y el conflicto bélico provocó un fuerte aumento del cereal y de sus derivados.
Sobre una base inflacionaria de 50 puntos en un año, el impacto de la guerra no hizo más que transformar la inflación en el principal problema para los meses que viene. Aumentan los precios de los alimentos por la guerra, por la inercia y por la especulación. Será difícil que nadie se caiga del mapa.
En ese contexto, Alberto Fernández tiene la vocación de contener la interna del Frente de Todos y tratar de mantener protegido a su Gabinete. Sobre todo, al ministro de Economía, Martín Guzmán. Si la crisis política se profundiza, la crisis económica se agravará.
El ministro de Economía, Martín Guzmán, está apuntado por el kirchnerismo, que lo quiere correr (REUTERS/Agustin Marcarian)
Un posible escenario de recambio de Gabinete obligado, interna partidaria en estado de ebullición e inflación desatada y sin posibilidades de controlarla en un breve plazo de tiempo, profundizaría la debilidad de la gestión y de todo el Gobierno. No le conviene a nadie.
Por eso la vocación de Fernández es evitar que sigan explotando conflictos internos que desperfilen su foco de atención. Tarea difícil, teniendo en cuenta los dardos que lanza La Cámpora contra Martín Guzmán cada vez con más frecuencia. El…