Al menos 56 personas han muerto ya como consecuencia de esta tormenta invernal sin precedentes en Estados Unidos, según informan los medios estadounidenses. Esta cifra contrasta con las 15 muertes registradas en Nochebuena. Las autoridades esperan que se produzcan más muertes en las próximas horas o días, a medida que continúen las operaciones de rescate y limpieza.
Calificada como la “ventisca del siglo”, el paso de la tormenta ha sido devastador en todos los sentidos para gran parte de la población estadounidense.
La fuerte nevada y los vientos racheados paralizaron por completo el tráfico aéreo y por carretera. Se encontraron personas muertas en sus coches en medio de la calle. Otros quedaron varados debido a la cancelación de varios miles de vuelos.
Más de la mitad de las muertes se produjeron en el estado de Nueva York. Sólo en el condado de Erie, que incluye la ciudad de Búfalo, la Gran Manzana, se registraron 31 muertes. El Presidente Joe Biden aprobó el lunes el estado de emergencia, informa Euronews.
El mal tiempo azota EE.UU. desde hace una semana. El jueves se espera cierta calma en el este y el medio oeste. El Servicio Meteorológico Nacional de EE.UU. (NWS) advierte de que las temperaturas subirán hasta unos 10°C el fin de semana, aunque advierte de “condiciones de tráfico localmente peligrosas”.
Además de los casi 60 muertos, cerca de 2 millones de hogares y empresas estadounidenses se quedaron sin electricidad debido a la tormenta. Las temperaturas bajaron hasta -48°C, acompañadas de vientos racheados y nevadas aterradoras. El Servicio Meteorológico de Estados Unidos (NWS) nunca ha registrado una tormenta de tal magnitud.
El paso de la tormenta fue menos severo para los otros dos países vecinos de Norteamérica. Al contrario que en Estados Unidos, las nevadas no causaron daños en Canadá y México.