Mientras que la victoria de Lula en las elecciones presidenciales brasileñas está siendo aclamada por muchos jefes de Estado de todo el mundo, el presidente saliente de Brasil, Jair Bolsonaro, aún no ha reaccionado. No después de más de 18 horas.
El líder de la extrema derecha brasileña, que deberá ceder el poder a su rival de la izquierda en enero de 2023, guarda por tanto silencio sobre la victoria de Lula. El símbolo del Partido de los Trabajadores de Brasil volvió a ser presidente con 60,3 millones de votos, más de 2,1 millones de votos que su oponente. Está a punto de dirigir el país por tercera vez.
Tradicionalmente el derrotado llama al ganador para felicitarlo y hace una declaración pública, reconociendo la victoria del oponente, pero hasta este minuto no ha habido ninguna declaración pública del presidente Bolsonaro. Y Lula había dicho anoche hasta las 23:45 en un discurso ante sus partidarios en la Avenida Paulista (São Paulo) que no había recibido ninguna llamada de Bolsonaro. “Saben que vamos a tener que tener un gobierno para hablar con mucha gente que está enfadada. En cualquier parte del mundo, el presidente derrotado ya me habría llamado reconociendo su derrota. Él, hasta ahora, no ha llamado, no sé si va a llamar y no sé si va a reconocerlo”, dijo.
En 2018, Fernando Hadad, entonces candidato del PT, reconoció rápidamente la victoria de Bolsonaro.
Evidentemente, la píldora es difícil de tragar para el caprichoso líder brasileño, que parece tener problemas para digerir el hecho de que se ha convertido en el primer presidente en funciones que pierde su reelección.