El gobierno dominicano ha reafirmado nuevamente su intención de mantener una postura firme sobre la inmigración. No se otorgará regularización a personas en situación irregular, anunció Homero Figueroa, Director de Estrategia y Comunicación Gubernamental (DIECOM) y portavoz presidencial. Este mensaje, compartido en la red social X (anteriormente Twitter), forma parte de una serie de anuncios políticos dirigidos específicamente a inmigrantes haitianos, muchos de los cuales viven en condiciones precarias en todo el país.
«La política migratoria del gobierno es clara: reducir la presencia de inmigrantes indocumentados, asegurar la frontera y hacer cumplir la ley. Continuamos implementando las 15 medidas anunciadas por el presidente y avanzamos en la búsqueda del consenso nacional, incluyendo a ex presidentes. Nuestra política no incluye ningún plan de regularización», escribió Figueroa.
Esta declaración surge mientras organizaciones nacionales e internacionales vienen denunciando el trato inhumano hacia los migrantes haitianos durante meses. Redadas violentas, deportaciones sin procedimiento legal, separaciones familiares y detenciones en condiciones deplorables han sido documentadas repetidamente por ONG como Human Rights Watch y Amnistía Internacional. El Partido de la Liberación Dominicana (PLD), liderado por el ex presidente Leonel Fernández, también ha criticado al gobierno de Abinader por su falta de humanismo hacia los inmigrantes haitianos.
Desde que el presidente Luis Abinader asumió el cargo, las autoridades dominicanas han fortalecido significativamente las medidas de control fronterizo, particularmente a lo largo de la línea que separa al país de su vecino haitiano, que está sumido en una aguda crisis política y humanitaria. En este contexto, miles de ciudadanos haitianos han huido de su país buscando refugio o mejores condiciones de vida en la República Dominicana.
Según Figueroa, el gobierno está implementando actualmente las 15 medidas migratorias anunciadas por el presidente Abinader, destinadas a garantizar una gestión «ordenada, transparente y conforme a la ley». Si bien el mensaje no enumera estas medidas en detalle, incluyen notablemente deportaciones masivas, fortalecimiento del muro fronterizo y sanciones contra empleadores que albergan a extranjeros indocumentados.
Figueroa también enfatizó que el gobierno está trabajando para construir un consenso nacional que involucre a «diversos sectores, incluidos ex presidentes de la República», en torno a esta política de Estado, presentada como una defensa de la soberanía nacional y el marco legal.
«El gobierno del presidente Luis Abinader mantiene la ejecución de las 15 medidas migratorias previamente anunciadas, que fortalecen el compromiso institucional con una gestión migratoria ordenada, transparente y conforme a la ley», especificó.
Los haitianos representan la mayoría de los inmigrantes que viven en la República Dominicana. Muchos tienen trabajos precarios en construcción, agricultura o servicios domésticos. A pesar de su contribución esencial a varios sectores económicos, su presencia sigue siendo ampliamente estigmatizada. El color de la piel, el idioma y el origen nacional son a menudo factores de discriminación.
El endurecimiento de la política migratoria dominicana, particularmente la ausencia de cualquier plan de regularización, deja a miles de familias haitianas en un estado de creciente inseguridad legal y social. Para los defensores de derechos humanos, este enfoque no solo es inhumano sino también contrario a las convenciones internacionales ratificadas por el país.
El mensaje de Homero Figueroa busca disipar cualquier ambigüedad sobre la dirección del gobierno dominicano en materia migratoria. Representa un rechazo categórico a considerar cualquier forma de regularización para personas en situación irregular, incluso aquellas que han residido en el territorio durante años o están huyendo de graves crisis humanitarias.
En un momento en que la República Dominicana busca fortalecer sus alianzas regionales y atraer inversión extranjera, esta rígida política migratoria podría bien dañar su imagen en el escenario internacional.
