Cambios organizativos significativos en el ICE: La agencia está movilizando a miles de agentes para operaciones de campo bajo el liderazgo de Trump.
El regreso anticipado de Donald Trump a la presidencia señala cambios importantes en el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE), la agencia federal encargada de hacer cumplir las leyes de inmigración.
En respuesta a la creciente preocupación por la inmigración, el ICE se está preparando para reajustar su enfoque operativo con el fin de mejorar las medidas de aplicación de la ley contra los inmigrantes no autorizados.
El Presidente electo y su recién nombrado Asesor de Seguridad Fronteriza, Tom Homan, han revelado planes para desplegar estratégicamente agentes del ICE en jurisdicciones santuario (zonas que ofrecen protección a los inmigrantes indocumentados).
Estos agentes, que durante la era Biden-Harris se limitaban en gran medida a tareas de oficina, se preparan ahora para reanudar las operaciones sobre el terreno, centrándose en las comunidades de indocumentados de todo el país.
Según el New York Post, el ICE tiene una plantilla mundial de unos 21.000 agentes, entre agentes de campo y personal de apoyo. Actualmente, entre el 60% y el 70% de los agentes de las oficinas regionales de la costa este y oeste desempeñan funciones administrativas.
Fuentes de la agencia indican que la moral entre los agentes es alta y anticipan su regreso a las operaciones sobre el terreno. «Muchos agentes están listos para investigar casos que quedaron sin abordar durante los cuatro años de administración de Biden», según el diario conservador New York Post.
El equipo de transición de Trump tiene la intención de reasignar a un número considerable de estos agentes a tareas de aplicación de la ley en activo, centrándose especialmente en las jurisdicciones que han aplicado políticas que limitan la cooperación con las autoridades federales, como Nueva York, Boston (Massachusetts) y Providence (Rhode Island).
Tom Homan, el director en funciones entrante del ICE, declaró firmemente durante una entrevista que «la falta de cooperación no es aceptable: nuestra misión seguirá adelante independientemente de las circunstancias.»
A pesar del entusiasmo generalizado, el ICE se enfrenta a importantes obstáculos operativos. Un alto funcionario hizo hincapié en que las operaciones de deportación a gran escala requieren un aumento sustancial de personal, un área en la que la agencia se enfrenta actualmente a considerables carencias. «Las actuales limitaciones presupuestarias nos impiden contratar al personal necesario», reveló una fuente del ICE al New York Post.
Estas limitaciones se complican aún más por los mandatos de la administración Biden-Harris, que exigen un amplio reciclaje para los agentes que no han llevado a cabo recientemente operaciones de detención, lo que dificulta considerablemente la transición operativa, según la publicación conservadora.
Los equipos dedicados al seguimiento de fugitivos, responsables de detener a los inmigrantes considerados amenazas prioritarias para la seguridad nacional o la seguridad pública, se enfrentan a una presión cada vez mayor para alcanzar las cuotas de detenciones establecidas por los mandos.
Tom Homan, natural de West Carthage (Nueva York), se propone reforzar sustancialmente las medidas de aplicación de la ley y restablecer ciertos protocolos interrumpidos bajo el mandato de Biden.
Entre sus principales objetivos figuran
Una evaluación exhaustiva de los requisitos operativos en las instalaciones fronterizas del sur y del norte.
El restablecimiento de las operaciones de aplicación de la ley en el lugar de trabajo, suspendidas desde octubre de 2021.
Aunque estas medidas se centran principalmente en los inmigrantes irregulares identificados como un problema de seguridad, se espera que aumenten la ansiedad entre la población inmigrante.
En Eagle Pass, Texas, una familia venezolana recientemente detenida expresó su preocupación por el posible regreso de Trump al cargo. «Entendemos los riesgos significativos que implica nuestra situación», declaró una mujer venezolana tras su detención, según informó el Post.
Escalada de tensiones con las jurisdicciones santuario
La administración Trump está reforzando su enfoque hacia las ciudades santuario, pasando a la oposición directa con las autoridades locales que limitan su cooperación federal. La posición de Tom Homan fue inequívoca: «En caso de que nuestra misión requiera un amplio despliegue de agentes en jurisdicciones santuario, procederemos sin dudarlo». Sin embargo, los defensores de la comunidad y los grupos de derechos de los inmigrantes advierten sobre los efectos potencialmente perturbadores de estas políticas en las comunidades vulnerables.
Impacto en la población inmigrante haitiana
Para los residentes haitianos en Estados Unidos, estas novedades políticas representan un reto inminente. Muchos nacionales haitianos, ya preocupados por la posible terminación de protecciones como el Estatus de Protección Temporal (TPS), se enfrentan ahora a un riesgo de deportación sustancialmente mayor.
En este entorno políticamente cargado, numerosas familias haitianas están considerando varias opciones, incluido el posible regreso a anteriores países que concedían asilo, en particular Brasil. También se prevé que muchos miles busquen refugio en Canadá. Durante el primer mandato presidencial de Donald Trump, más de 25.000 haitianos se trasladaron de Estados Unidos a Canadá.
Para más contexto y detalles, los lectores pueden consultar el artículo completo en el New York Post. Todas las citas aquí contenidas proceden directamente de una publicación del New York Post.
Este artículo ha sido redactado por Emmanuel Paul a partir de información del New York Post, a la que puede accederse a través del enlace que figura más abajo.
Tenga en cuenta que el material citado puede mostrar ligeras variaciones debido a los procesos de traducción.
Para una cobertura completa e información adicional sobre estos acontecimientos, consulte el artículo completo en el NewYorkPost.