Boca y River son protagonistas de una de las rivalidades más apasionadas, intensas y legendarias en la historia del futbol mundial. De un tiempo a esta parte pisan cada vez con mayor firmeza en nuestro país. Y si bien es conveniente ser cauteloso para hablar de una “uruguayización” (Peñarol y Nacional) o “españolización” (Real Madrid, Barcelona, Atlético de Madrid) del fútbol nacional, también es notorio que no hay una paridad con el resto. Con sus matices, claro, existe una creciente hegemonía que Boca y River despliegan en la escena argentina. Allí es donde aparece una superioridad deportiva que va de la mano con un predominio económico. Diferentes aspectos que son históricos, es verdad, pero que parecieron profundizarse en las últimas temporadas.
Una situación que, si se mira el actual mercado de pases que ambos desandan, podría acentuarse. Van por más y no se conforman. Se supone que Marcelo Gallardo elevará la jerarquía de su plantel con las llegadas de Juan Fernando Quintero, Esequiel Barco, Tomás Pochettino, Emanuel Mammana, Elías Gómez y Leandro González Pires. En los últimos días se confirmó la venta de Julián Álvarez a Manchester City y River recibirá por su pase unos 20 millones de dólares. Además, el City afirmó que el delantero cordobés se quedará en Núñez por lo menos hasta el mes de julio. Un punto favorable para los millonarios en la búsqueda de pelear por la Libertadores. Eso, al menos, en su inicio. “Ambos sacaron una diferencia muy amplia con el resto de los grandes. Independiente y Racing muestran problemas financieros y por eso se están ampliando cada vez más esas distancias. Hoy, Boca y River tienen tres jugadores por puesto. Y para el mercado local cuentan con muchísima jerarquía”, asegura Néstor Fabbri, ex marcador central de Boca, Racing y la selección nacional, entre otros.
Las palabras de Guardiola sobre Julián Álvarez
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