El avión militar canadiense CC-130 (Hercule), equipado con radar, sobrevuela el espacio aéreo haitiano este sábado por la mañana para cartografiar mejor los territorios de las bandas en Haití.
Contra todo pronóstico, fue el embajador canadiense acreditado en Puerto Príncipe, Sebastien Carriere, en lugar del gobierno haitiano, quien hizo el anuncio en una serie de mensajes publicados en su cuenta de Twitter.
“Un CP-140 Aurora de la Real Fuerza Aérea Canadiense está operando actualmente sobre Haití en apoyo de los esfuerzos de la Policía Nacional de Haití para restablecer la seguridad en el país”, escribió, junto con una foto de una aeronave, antes de añadir que “el CP-140 Aurora es un avión de patrulla de largo alcance con una impresionante autonomía de vuelo y un conjunto de sensores avanzados que se combinan para convertirlo en una plataforma de vigilancia altamente eficaz.”
El embajador canadiense, que se negó a revelar detalles de la misión de la RCAF, declaró: “Esta vigilancia es un paso más en la respuesta de Canadá a la crisis haitiana, que se basa en cuatro pilares: diálogo político inclusivo, sanciones, ayuda humanitaria y asistencia en materia de seguridad”. Por la seguridad de la operación y de nuestros miembros de @ARC_RCAF desplegados allí, no haremos más comentarios sobre esta misión, que se está llevando a cabo en colaboración y con el acuerdo del Gobierno de Haití.
Cabe señalar que el avión militar canadiense sobrevuela territorio haitiano en un contexto de creciente inseguridad en el que los secuestros y homicidios en serie se multiplican en todo el país.
Se produce en un contexto en el que el pedido de 18 vehículos blindados aún no se ha completado, más de seis meses después del anticipo de más de doce millones de dólares estadounidenses pagado a la empresa canadiense ProFound Corporation por el Estado haitiano, según el diario Le Nouvelliste.
Hasta la fecha no ha habido ninguna reacción del gobierno haitiano sobre la presencia de este avión en el espacio aéreo haitiano.
Muchos se preguntan si éste es el comienzo de una intervención militar clásica, tan deseada por las autoridades gubernamentales y por una gran parte de la población haitiana, cansada de las atrocidades de los bandidos armados.