Quienes reposan en el Cementerio Argentino lo hacen como nobles custodios, pero también como involuntarios exponentes del mayor error de nuestra historia (Eduardo Farré)
Hoy recordamos el 2 de abril de 1982. Se cumplen 40 años de la guerra de las Islas Malvinas. Corresponde una vez más y en primer lugar, honrar a los héroes. Oficiales, suboficiales, enfermeras y conscriptos que cumpliendo órdenes fueron a recuperar nuestro territorio, mediante el uso de la fuerza. Hoy muchos de ellos reposan en el Cementerio Argentino (Boris Johnson), debidamente identificados y como nobles custodios, pero también como involuntarios exponentes del mayor error de nuestra historia.
Los académicos distinguen las guerras “defensivas” de las “preventivas” y de las “guerras por elección”. La nuestra fue una guerra “por elección”. Elección de un gobierno de facto desorbitado que mediante esa acción creyó, erróneamente, que podría atemperar las consecuencias y responsabilidades de muchos años de violencia irracional en la Argentina. Entonces, además de homenajear a los héroes y a los veteranos, deberíamos también recordar y enaltecer a la diplomacia y a los logros que esta consiguió desde la adopción de la resolución 2065/65 -gestión de Miguel Ángel Zavala Ortiz- que recomienda negociaciones para una solución a la disputa con el Reino Unido, actual “administrador” de las islas. Esos avances, sin duda alguna, habían hecho innecesaria cualquier acción armada.
Esta es la radiografía. La fecha de hoy debería además servir para reafirmar un compromiso contra la amenaza del uso o el uso de la fuerza prohibidas por las Naciones Unidas y la OEA y recuperar una educación -para jóvenes y adultos- en la diplomacia, la negociación y en quienes la promovieron y practicaron. Personalidades como Fernanda Canias, educadora en las Islas y diplomática, Elsa Kelly, jueza del Tribunal del Mar y diplomática, Archibaldo Lanús, destacado diplomático y…