Tres políticas prioritarias para una recuperación sólida
16 de febrero de 2022
Cuando esta semana los ministros de Hacienda y los presidentes de los bancos centrales del Grupo de los Veinte se reúnan en Yakarta, en persona y virtualmente, podrán inspirarse en la frase indonesia gotong royong, «colaborar en pos de un objetivo común». Ese espíritu es más importante que nunca, ya que los países tienen por delante una difícil carrera de obstáculos este año.
Lo alentador es que la recuperación económica mundial continúa, aunque a un ritmo más moderado en medio de la fuerte incertidumbre y los crecientes riesgos. Hace tres semanas recortamos el pronóstico mundial a 4,4% para 2022 —un crecimiento que no deja de ser saludable—, en parte debido a una revaluación de las perspectivas de Estados Unidos y China.
Desde entonces, los indicadores económicos continúan apuntando a la pérdida de ímpetu del crecimiento, debido a la variante ómicron y a persistentes trastornos de la cadena de suministro. Las cifras de la inflación han sido mayores de lo esperado en muchas economías; la volatilidad persiste en los mercados financieros; y las tensiones geopolíticas se han agudizado drásticamente.
Es por eso que necesitamos una cooperación internacional vigorosa y extraordinaria agilidad. En la mayoría de los países, eso significa continuar respaldando el crecimiento y el empleo mientras la inflación sigue bajo control y se mantiene la estabilidad financiera, todo esto en un contexto de elevados niveles de deuda.
Nuestro nuevo informe al G-20 muestra la complejidad de esta carrera de obstáculos y lo que pueden hacer las autoridades para atravesarlo. Desearía hacer hincapié en tres prioridades:
Primero, hay que redoblar los esfuerzos para luchar contra la «COVID prolongada económica»
Proyectamos pérdidas de producto acumuladas a nivel mundial a causa de…