Una demanda presentada en el sur de Florida alega que la Cruz Roja Americana y sus agencias afiliadas se apropiaron indebidamente de casi mil millones de dólares en donaciones destinadas a apoyar a las víctimas del devastador terremoto de Haití en 2010.
La acción legal, emprendida por el Comité de Acción Política de la Diáspora Haitiana, alega que, en lugar de prestar ayuda a las víctimas, la organización utilizó los fondos para cubrir sus propias pérdidas financieras y financiar proyectos no relacionados con el terremoto.
El Comité, junto con un grupo de donantes y beneficiarios, presentó el lunes una denuncia colectiva. Afirman que la Cruz Roja Americana, la Cruz Roja Internacional y la Cruz Roja Haitiana manipularon a la opinión pública para animar a la gente a hacer donaciones mediante campañas emocionales, antes de malversar o utilizar indebidamente estos fondos.
Tras el terremoto de magnitud 7,2 que asoló Haití, en el que murieron unas 300.000 personas y más de 1,5 millones resultaron desplazadas, la Cruz Roja y sus filiales habrían recaudado cerca de 1.000 millones de dólares en donaciones. Sin embargo, según la demanda, gran parte de este dinero se desvió para pagar las deudas de la organización en lugar de destinarse a las labores de reconstrucción de Haití.
Los demandantes afirman que los acusados, a sabiendas de que no tenían intención de utilizar los fondos para ayudar directamente a Haití, engañaron al público con declaraciones públicas, utilizando imágenes y vídeos conmovedores que mostraban el sufrimiento de los haitianos para incitar a la generosidad.
La comisión afirma que las afirmaciones de la Cruz Roja sobre su labor en Haití, como la construcción de hospitales y la reparación de viviendas, son «manifiestamente falsas». Señala que muchos proyectos se han retrasado o nunca se han completado, dejando a los supervivientes sin la ayuda adecuada.
Los denunciantes describen a la Cruz Roja como un «proxeneta de la pobreza», afirmando que explota la angustia de los más indigentes para extraer recursos de la sociedad, al tiempo que afirma actuar en su nombre.
Según el comité, 100 millones de dólares de las donaciones recaudadas entre 2010 y 2024 se destinaron a cubrir un déficit financiero de 150 millones para la organización. Otros 400 millones se gastaron en proyectos sin relación con Haití o su población.
Los demandantes afirman que, entre 2010 y 2024, los demandados prepararon respuestas a las catástrofes de Haití no para ayudar a las víctimas, sino para beneficiarse de su sufrimiento.
En respuesta, Nicole Maul, portavoz de la Cruz Roja Americana, rechazó las acusaciones, calificando la demanda de «infundada». Señaló que todos los fondos recaudados para Haití se depositaron en una cuenta de uso limitado y se destinaron exclusivamente a programas relacionados con la ayuda a las víctimas del terremoto.
«La Cruz Roja Americana gastó y distribuyó todos los fondos de ayuda a Haití para refugio, ayuda de emergencia, salud, prevención del cólera, agua y saneamiento, medios de subsistencia y preparación para desastres», afirmó Maul.
La denuncia también pone de relieve los resultados de una investigación realizada en 2015 por ProPublica y NPR, en la que se cuestionaba la eficacia del gasto de la Cruz Roja en Haití. Según documentos internos examinados durante esta investigación, una proporción significativa de las donaciones era absorbida por gastos administrativos, mientras que los cambios de personal y los retrasos burocráticos obstaculizaban el progreso de los proyectos de ayuda.
La investigación reveló que la Cruz Roja había sobrestimado el número de casas construidas y había hecho declaraciones dudosas sobre el número de personas que se beneficiaban de sus programas.
Los demandantes reclaman más de mil millones de dólares en concepto de daños y perjuicios por fraude, enriquecimiento injusto, mala fe y apropiación indebida de fondos. Alegan que el hecho de que la Cruz Roja no prestara la ayuda adecuada agravó el sufrimiento de las víctimas del terremoto.
«La mayoría de estas donaciones fueron mal utilizadas o mal gestionadas, y los responsables deben rendir cuentas», alegan los demandantes.
El caso ha sido asignado a la juez jefe de distrito Cecilia Altonaga, nombrada por el Presidente George W. Bush.
Según varios informes sobre los fondos recaudados para Haití tras el terremoto, menos del 1% de las donaciones recogidas por la Cruz Roja se destinaron a las víctimas. La Iniciativa Global Clinton, creada por el ex presidente Bill Clinton y su esposa, también se enfrenta a acusaciones similares, al haber estado muy implicada en la recaudación de fondos tras el terremoto del 12 de enero.
Luchas constantes en Haití
El terremoto del 12 de enero de 2010 dejó a Haití devastado. Además de la pérdida de vidas humanas, la catástrofe causó daños por valor de miles de millones de dólares y dejó intransitables las carreteras de la capital, Puerto Príncipe, durante meses. Muchos supervivientes se vieron obligados a vivir en campamentos improvisados, sin acceso a agua potable, electricidad ni sistemas de alcantarillado.
Tras el terremoto, la comunidad internacional prometió más de 5.300 millones de dólares para las labores de recuperación, y millones más se asignaron a organizaciones humanitarias como la Cruz Roja. Estos fondos se destinaron a la «reconstrucción de Haití». Sin embargo, desde entonces se han llevado a cabo muy pocos proyectos de reconstrucción. Por ejemplo, el Palacio Nacional de Haití, que debía reconstruirse, lleva más de diez años ocupado por hangares.
Esta acción legal se suma al escrutinio de los esfuerzos de respuesta a desastres de la Cruz Roja Americana, particularmente en Haití. Aunque la organización afirma haber cumplido sus compromisos, los críticos señalan que la falta de transparencia y responsabilidad ha erosionado la confianza.
Los demandantes esperan que su caso arroje luz sobre las acusaciones de mala gestión y haga justicia a quienes siguen sufriendo las duraderas consecuencias del terremoto.
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