Todos los pasajeros a bordo del avión de American Airlines y del helicóptero del Ejército de EE.UU. murieron en una colisión aérea ocurrida el miércoles por la noche cerca del Aeropuerto Nacional Reagan.
El CRJ700 de American Airlines, que transportaba a 64 personas, incluidos cuatro miembros de la tripulación, cayó en las aguas heladas del río Potomac tras chocar con un helicóptero Sikorsky UH-60 Black Hawk del Ejército de EE.UU. mientras se aproximaba a la pista 33.
El helicóptero transportaba a tres militares en una misión de entrenamiento desde el aeródromo del Ejército de Davison, en Fort Belvoir, Virginia.
Para la mañana del jueves, los equipos de rescate habían recuperado 27 cuerpos de los restos del avión y uno del helicóptero, según los servicios de emergencia. El jefe de bomberos de Washington, John Donnelly, anunció que los esfuerzos de rescate habían pasado a ser una operación de recuperación. “Esta mañana, todos compartimos un profundo sentimiento de dolor”, declaró la alcaldesa de Washington, Muriel Bowser, según informó The New York Times.
El vuelo de American Airlines había despegado de Wichita, Kansas, alrededor de las 6:20 p.m., hora del Este. Entre los pasajeros había patinadores artísticos que viajaban al campeonato nacional, incluidos competidores rusos, según el Kremlin.
Los investigadores federales han comenzado a examinar la causa de la colisión, aunque los primeros informes no indican anomalías aparentes en los momentos previos al accidente. “La noche estaba despejada y ambas aeronaves seguían trayectorias de vuelo normales”, explicó el secretario de Transporte de EE.UU., Sean Duffy. Duffy también afirmó que no se habían reportado fallas de comunicación entre las aeronaves y la torre de control. El director ejecutivo de American Airlines, Robert Isom, añadió que el piloto de la aerolínea tenía amplia experiencia.
El impacto dejó escombros esparcidos en un área de menos de una milla, con el fuselaje del avión partido en tres secciones en aguas que llegaban hasta la cintura, según informaron las autoridades.
Esta tragedia representa una de las primeras grandes crisis para la recién inaugurada administración de Trump. Ocurrió un día después de que Duffy asumiera el cargo de secretario de Transporte y durante la primera semana de Pete Hegseth como secretario de Defensa. El presidente Trump reaccionó rápidamente en redes sociales, calificando el accidente como “una mala situación que debería haberse evitado”. Más tarde, afirmó que había sido “plenamente informado” sobre el incidente, según The New York Times.
Las autoridades continúan investigando las circunstancias del accidente, mientras los esfuerzos de recuperación siguen en marcha para localizar a todas las víctimas.