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Naciones Unidas pide medidas urgentes para hacer frente a la crisis humanitaria y de seguridad en Haití

Emmanuel Paul
Emmanuel Paul - Journalist/ Storyteller
CAPAC/Jean Vadler Presume Children in Haiti line up for a hot meal and water distributed by the World Food Programme (WFP) in Port-au-Prince.

El reciente llamamiento de las Naciones Unidas a una acción “audaz y urgente” para ayudar a Haití subraya la gravedad de la situación a la que se enfrenta la nación caribeña.

La corrupción, la impunidad y la mala gobernanza han asolado Haití durante años, agravando los problemas sociales, económicos y políticos,
problemas económicos y políticos. Combinados con la escalada de violencia de las bandas, estos problemas han erosionado el Estado de derecho y han llevado a las instituciones del Estado al borde del colapso, según el último informe de Naciones Unidas sobre Haití.

El Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Volker Türk, subrayó que era vital abordar la inseguridad como una prioridad para proteger a la población y evitar más sufrimiento humano. El impacto de la inseguridad generalizada sobre la población haitiana es terrible y se deteriora rápidamente, comprometiendo seriamente los derechos humanos y exacerbando las crisis humanitarias en todo el país”, lamentó Türk.

El último informe, que abarca el periodo comprendido entre el 25 de septiembre de 2023 y el 29 de febrero de 2024, ofrece estadísticas alarmantes sobre las víctimas de la violencia de las bandas.

Sólo en 2023, 4.451 personas perdieron la vida y 1.668 resultaron heridas como consecuencia de incidentes relacionados con bandas. Estas cifras ponen de manifiesto la omnipresencia de la violencia en las comunidades haitianas, en las que civiles inocentes se llevan la peor parte del conflicto.
Además, la violencia sexual perpetrada por las bandas sigue siendo motivo de gran preocupación, especialmente contra mujeres y niñas. El informe destaca casos en los que las mujeres han sido violadas durante ataques de bandas, a menudo tras presenciar el brutal asesinato de sus seres queridos. Algunas mujeres son obligadas a mantener relaciones sexuales con miembros de las bandas, mientras que la violación de rehenes se utiliza como medio de extorsión para obtener rescates de las familias, según revela el último informe de la ONU.

Los niños se encuentran entre los grupos más vulnerables afectados por la crisis en Haití

Con frecuencia, las bandas reclutan y explotan a niños, sometiéndolos a violencia, coacción y explotación. En algunos casos, jóvenes miembros de bandas que intentaban abandonar sus filas han sido asesinados, lo que pone aún más de relieve las peligrosas condiciones a las que se enfrentan los jóvenes haitianos. Además, la proliferación de bandas ha perturbado la vida cotidiana, restringiendo la circulación de personas, bienes y servicios, exacerbando las necesidades humanitarias y obstaculizando el acceso a los servicios esenciales.

A medida que la situación de seguridad sigue deteriorándose, han surgido “brigadas de autodefensa”, lo que agrava aún más el ciclo de violencia y autodefensa. El informe señala un alarmante aumento de los casos de linchamiento, con al menos 528 incidentes denunciados en 2023 y otros 59 casos registrados este año.

Además, a pesar de los embargos de armas, las bandas han seguido obteniendo armas y municiones a través de fronteras porosas, lo que les da una ventaja significativa sobre las autoridades encargadas de hacer cumplir la ley.
En respuesta a la escalada de la crisis, el informe de la ONU pide controles nacionales e internacionales más estrictos para frenar el flujo de armas y municiones hacia Haití. Además, se considera esencial el despliegue urgente de una misión multinacional de apoyo a la seguridad para reforzar la capacidad de las fuerzas del orden locales y restablecer la estabilidad en Haití. Sin embargo, no bastará con abordar los problemas de seguridad por sí solos. El informe subraya la importancia de aplicar políticas integrales para restablecer el Estado de derecho, luchar contra la corrupción y garantizar la rendición de cuentas por las violaciones de los derechos humanos.

La crisis en Haití ha tenido un profundo impacto en el bienestar de los niños, exacerbando las tasas de desnutrición y perturbando el acceso a la educación. Los recientes resultados del análisis de la Clasificación Integrada de la Seguridad Alimentaria por Fases (CIF) revelan un preocupante aumento del número de niños que sufren desnutrición aguda grave, lo que subraya la urgente necesidad de intervenir para proteger a los ciudadanos más jóvenes de Haití. Además, los ataques a escuelas por parte de grupos armados han privado a miles de niños de su derecho a la educación, exacerbando aún más la crisis humanitaria y perpetuando los ciclos de pobreza e inestabilidad.

A pesar de estos desafíos, las agencias de la ONU siguen comprometidas a proporcionar asistencia vital a las poblaciones más vulnerables de Haití. La Oficina de Asuntos Humanitarios de la ONU, OCHA, informa de los esfuerzos en curso para distribuir suministros esenciales como alimentos, agua y ayuda médica a las comunidades desplazadas. Además, el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) sigue prestando servicios esenciales, como apoyo nutricional y programas de educación, para mitigar el impacto de la crisis en los niños y las familias.
La crisis en Haití requiere una acción urgente y concertada para abordar las causas profundas de la inestabilidad y proporcionar apoyo esencial al pueblo haitiano. Sin una acción decisiva, es probable que la situación empeore, provocando más sufrimiento, desplazamientos e inestabilidad en la región, advierte el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Turk Volker.

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