Al menos 17 personas perdieron la vida tras el naufragio de un barco que transportaba migrantes haitianos, informó el domingo el gobierno de Bahamas.
Entre las víctimas se encontraban quince mujeres y un niño que intentaban viajar ilegalmente a Estados Unidos.
Los socorristas pudieron rescatar a otras veinticinco (25) personas durante la operación.
“Se cree que la embarcación ha volcado en medio de un mar agitado”, dijo el Primer Ministro Philip Davis en un comunicado, señalando que el barco salió de Haití con unas 60 personas a bordo, probablemente con destino a Florida.
“Esta nueva tragedia entristece a toda la nación”, tuiteó el primer ministro haitiano, Ariel Henry, que lleva un año en el cargo pero no ha encontrado la fórmula para mejorar las condiciones de vida de la población y frenar así este tipo de éxodos.
El discutido jefe de gobierno, que envió sus condolencias a los padres de las víctimas, vuelve a hacer un llamamiento a la reconciliación nacional para, según él, “resolver los problemas que hacen que nuestros hermanos, hermanas e hijos huyan de nuestro país”.
Frente a la inseguridad y la miseria rampantes, los haitianos tratan de abandonar su país a toda costa, en busca de una vida mejor en otro lugar. Esto suele ser a riesgo de sus vidas. Las autoridades de los países extranjeros les disuaden de correr ese riesgo.
Se espera que 163 refugiados haitianos lleguen a Cabo Haitiano el lunes 25 de julio de 2022, según las autoridades locales de la Oficina Nacional de Migración.
El 23 de junio, 103 haitianos fueron repatriados a Haití por la Guardia Costera estadounidense. La mayoría de ellos procedían del noroeste y fueron interceptados frente a la costa de Cuba cuando intentaban llegar a Miami.