México ha reaccionado con firmeza a las propuestas del presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, de imponer un arancel del 25% a todas las importaciones procedentes de México. Esta medida, calificada de “catastrófica” por las autoridades mexicanas, podría provocar la pérdida de 400.000 empleos en Estados Unidos y un aumento significativo de los precios para los consumidores estadounidenses, según las autoridades mexicanas, que recordaron al presidente electo estadounidense que también dispone de las herramientas para imponer aranceles.
En una rueda de prensa celebrada el miércoles, la presidenta mexicana, Claudia Sheinbaum, afirmó: “Si Estados Unidos impone aranceles, México también aumentará los suyos”. ” Este mensaje fue una clara advertencia de represalias económicas contra el principal socio comercial del país.
Marcelo Ebrard, Secretario de Economía de México, denunció la medida como autodestructiva. En su opinión, estos aranceles no sólo violan el Acuerdo Estados Unidos-México-Canadá, sino que además corren el riesgo de alterar gravemente las cadenas de suministro regionales. “Es un tiro en el pie”, afirmó.
Ebrard destacó las posibles consecuencias para las empresas estadounidenses que producen en México, sobre todo en el sector del automóvil. Ford, General Motors y Stellantis se verían muy afectadas por el aumento de los costes de producción. Según sus estimaciones, el 88% de las furgonetas vendidas en Estados Unidos que se fabrican en México verían incrementado su precio en una media de 3.000 dólares, lo que afectaría especialmente a las zonas rurales afines a Trump.
El miércoles, el presidente mexicano y Donald Trump hablaron por teléfono. En la plataforma X (antes Twitter), Sheinbaum calificó el intercambio de “excelente” y agregó que se centró en fortalecer la cooperación en materia de seguridad. Trump, por su parte, dijo en Verdad Social que Sheinbaum había aceptado detener la migración a través de México hacia Estados Unidos, declaración no confirmada por la Presidencia mexicana.
Esta conversación se da mientras Trump justifica estas medidas arancelarias como una respuesta a la crisis de las drogas, particularmente el fentanilo, y la migración descontrolada. Sin embargo, Sheinbaum quiso señalar que las caravanas de migrantes que llegan a la frontera estadounidense han disminuido considerablemente, gracias a los esfuerzos de gestión en México.
Para muchos analistas, estas amenazas arancelarias responden más a tácticas de negociación que a una auténtica política económica. David Kohl, economista jefe de Julius Baer, dijo a Reuters que: “La falta de un vínculo claro entre esta amenaza y las cuestiones comerciales sugiere que el presidente electo planea utilizar los aranceles como palanca para lograr objetivos no comerciales”. ”
Sin embargo, las consecuencias económicas podrían ser graves.
La industria automovilística es el pilar del sector manufacturero mexicano y representa casi el 25% de la producción de vehículos en Norteamérica. Barclays calcula que los aranceles propuestos podrían acabar con los beneficios de los principales fabricantes de Detroit.
El Acuerdo Estados Unidos-México-Canadá, que rige las relaciones comerciales entre los tres países, se revisará en 2026. Katia Goya, Directora de Economía Internacional del Grupo Financiero Banorte, predice que las negociaciones podrían dar lugar a una revisión completa del acuerdo en lugar de una simple renovación. Advierte que “las disputas comerciales reducirán el crecimiento económico, aumentarán el desempleo y alimentarán la inflación en EE.UU.”.
Marcelo Ebrard recuerda que el comercio bajo el AEUMC alcanzó los 1,78 billones de dólares en los primeros nueve meses de 2024. “Podemos fragmentar y dividir con aranceles, pero México prefiere construir una región más fuerte y unida”, dijo.
La tensión entre ambas naciones pone de manifiesto la fragilidad de las relaciones económicas bajo la administración Trump. El Instituto de Finanzas Internacionales ha advertido que estas tensiones podrían intensificar el proteccionismo y afectar los tipos de cambio y los precios de las materias primas en la región.
A la espera de acciones concretas por parte de Washington, México se prepara para contraatacar, al tiempo que promueve una cooperación regional activa. “México no busca el conflicto, pero está listo para defender sus intereses”, concluyó Ebrard.
El pulso entre Trump y México podría tener consecuencias de largo alcance para ambas economías.
Mientras se ciernen las incertidumbres en torno al futuro del AEUMC, es probable que las decisiones de la administración Trump tengan un efecto duradero en las relaciones comerciales de América del Norte.
(Este artículo se basa en información reportada por Sarah Morland, Raúl Cortés y Brendan O’Boyle para Reuters).