Apenas reelegido en las elecciones presidenciales estadounidenses, Donald Trump ya se enfrenta a movimientos de protesta en todo Estados Unidos.
Miles de estadounidenses de varias grandes ciudades salieron a la calle el 9 de noviembre de 2024, de Nueva York a Seattle, para manifestar su oposición al regreso de Donald Trump. Los manifestantes expresaron su preocupación por las amenazas que, a su juicio, supone la futura administración para los derechos reproductivos, las políticas de inmigración y la protección de los trabajadores, entre otras cosas.
En Nueva York, los manifestantes se congregaron frente al Trump International Hotel and Tower, en la 5ª Avenida, con pancartas en las que denunciaban políticas que podrían restringir los derechos reproductivos e intensificar las medidas represivas contra la inmigración.
Organizadas por grupos de defensa de los derechos de los inmigrantes y los trabajadores, las manifestaciones pretendían mostrar la determinación de los participantes a resistir las políticas opresivas anunciadas por Donald Trump y sus aliados. «Nos protegeremos» y “No retrocederemos”, rezaban pancartas enarboladas por los manifestantes.
En Washington D.C., los manifestantes se reunieron cerca de la sede de la Fundación Heritage, un think tank conservador que está detrás del proyecto «Agenda 2025». La concentración reiteró la preocupación por las posibles restricciones a los derechos de las mujeres y las libertades personales bajo la administración Trump.
En la costa oeste, una gran multitud se congregó en Seattle, cerca de la Aguja Espacial, con mensajes que pedían unidad contra un sistema político considerado incapaz de protegerlos. Muchos manifestantes llevaban ropa en apoyo de la causa palestina, vinculando la resistencia local a las luchas globales contra la opresión.
En Portland, los manifestantes se congregaron cerca del ayuntamiento, denunciando las políticas que calificaban de fascistas. Las pancartas instaban a los ciudadanos a sustituir el miedo por la acción, y los organizadores señalaron que llevan años haciendo campaña por un mejor acceso a la sanidad, la vivienda y la educación. Para ellos, la reelección de Trump corre el riesgo de limitar aún más los servicios sociales básicos en Estados Unidos.
En Pittsburgh (Pensilvania), las protestas continuaron en Point State Park, donde los participantes reafirmaron su compromiso con los derechos y libertades individuales. Los organizadores animaron a los manifestantes a mantenerse informados, participar en las labores de defensa y prepararse para futuras luchas.
Las protestas reflejan un descontento colectivo con la reelección de Trump y sus políticas propuestas, como las restricciones al aborto, las deportaciones masivas y los recortes a los servicios sociales. La naturaleza coordinada de las protestas, que están teniendo lugar en todo el país, pone de relieve un objetivo común entre diversas comunidades.
Durante su primer mandato, Donald Trump ya se enfrentó a numerosas protestas en la mayoría de los estados norteamericanos, a las que las fuerzas del orden respondieron en varias ocasiones con la fuerza.
El nuevo mandato de Donald Trump promete ser tumultuoso y difícil, sobre todo para grupos minoritarios como los inmigrantes haitianos, hacia los que Trump nunca ha ocultado su aversión.
Descargo de responsabilidad: este artículo ha sido redactado en francés por nuestro redactor Emmanuel Paul, a partir de información publicada por The Guardian. Hemos utilizado programas de traducción para que este artículo esté disponible en varios idiomas, por lo que algunas citas pueden diferir ligeramente del original. Para más detalles, consulte el artículo de The Guardian siguiendo el enlace proporcionado.
https://www.theguardian.com/world/2024/nov/09/donald-trump-protests-election