El último informe de ciencia climática del IPCC enfatiza la importancia de la acción climática basada en la justicia. En esta publicación, Amrekha Sharma del Proyecto de Justicia y Responsabilidad Climática de Greenpeace reflexiona sobre la importancia de algunos hallazgos clave para la defensa de la justicia climática.
“El clima, que habíamos aprendido y predicho durante siglos, se había convertido en uggianaqtuq, un término nunavut para referirse a comportarse de manera inesperada o desconocida. Nuestro hielo marino, que había permitido a nuestros cazadores viajar de forma segura y proporcionado un hábitat sano para nuestros mamíferos marinos, estaba, y todavía está, deteriorándose. Describí lo que ya habíamos documentado con tanto cuidado en la petición: las muertes humanas causadas por el adelgazamiento del hielo, los animales que podrían estar en peligro de extinción, las costas que se desmoronan, las comunidades que tenían que reubicarse; en otras palabras, las muchas maneras que nuestros derechos a la vida, la salud, la propiedad y los medios de subsistencia estaban siendo violados por un clima que cambia drásticamente”.
En su convincente historia, El derecho a tener frío, la líder inuk, Sheila Watt-Cloutier describió su testimonio ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos. Presentó la demanda inuit en 2005, uno de los primeros casos de justicia climática del mundo, en nombre de todos los inuit de las regiones árticas de los Estados Unidos y Canadá que sufrían violaciones de derechos humanos por el cambio climático. Los peticionarios creían que si proteges los derechos del cazador inuit en el hielo, protegerías a los “centinelas del cambio climático” y el “sistema mundial de alerta temprana”. Recurrieron al amparo de…