La noticia de una cierta implosión en el seno de una agrupación de políticos que se autodenomina Sector Democrático y Popular (SDP) se difunde rápidamente en los sitios locales. La conferencia, aunque tardía, del ex senador Nenel Cassy el martes 2 de agosto de 2022, es oportuna. El ex parlamentario informa de que ha dejado de lado a sus compañeros, antes los más fieros opositores del presidente Jovenel Moïse, habiéndose puesto del lado del primer ministro Ariel Henry, representando así al PHTK, en torno al famoso acuerdo del 11 de septiembre de 2021, para una supuesta “gobernanza pacífica y eficaz”. Si hay división, desgarro o luchas intestinas como resultado del reparto de un pastel en detrimento de toda una nación, ¿de qué puede servir?
¿Una buena acción a destiempo es buena en sí misma? Para comprender mejor esa aprensión en relación con este artículo, no es menos útil rastrear las condiciones que condujeron a la creación de la agrupación política Sector Democrático Popular.
El SDP estaba luchando por una parte del pastel
Fue en torno a principios de diciembre de 2018 cuando una buena parte de la oposición en Haití se reunió bajo el nombre de Secteur Démocratique et Populaire (Sector Democrático y Popular), con el fin de aglutinar más fuerzas políticas en la lucha contra el poder del Partido Tèt Kale de Haití (PHTK). Aunque, según este análisis publicado en Haití en Marche/Mélodie FM, los dos epítetos democrático y popular son inseparables desde al menos la segunda mitad del siglo pasado, no vamos a detenernos en la presencia o ausencia de anclaje ideológico en el seno del SDP, ni siquiera en el lugar que ocupa el movimiento de cara a la negociación del poder y, por tanto, del cargo político.
En dicho análisis, el autor se tomó la molestia de preguntarse si los creadores del actual Sector Democrático y Popular en Haití se interesan por el alcance ideológico de su nombre; y de averiguar si dentro de este mismo sector hay seguidores de una determinada concepción democrática del poder y otros que son de una sensibilidad más popular.
Como resultado, se creó el PDE. Que esto se quede en el plano del discurso, del nombre o que esta creación se ratifique en un documento oficial con un marco político real no es el objetivo de este artículo.
A ello siguieron numerosas manifestaciones anti-PHTK/Jovenel Moïse, en nombre del pueblo, para denunciar, entre otras cosas, la corrupción, el mal gobierno, las masacres en los barrios populares, la miseria y la inseguridad, todo ello por iniciativa de un grupo de organizaciones sociopolíticas. El SDP se distinguió rápidamente por su postura cada vez más radical, lo que dio a sus representantes el estatus de fieros opositores al PHTK hasta el villano asesinato de Jovenel Moïse.
El sábado 11 de septiembre de 2021, en la residencia oficial del Primer Ministro, las organizaciones políticas, entre ellas Fusion, INITE, INIFOS, MTVAyti, Ansanm nou fò, Force louverturienne réformiste, PHTK y SDP, firmaron un acuerdo político para una “gobernanza pacífica y eficaz” con el jefe de gobierno, Ariel Henry, nombrado por el presidente antes de su brutal muerte.
Uno de los portavoces del SDP, André Michel, tuvo incluso la audacia de declarar ese día que: “El Sector Democrático y Popular ha tomado la decisión política e histórica de firmar el acuerdo político para una gobernanza pacífica y consensuada de este periodo interino. No ha sido una decisión fácil… pero hemos entendido que ha llegado el momento de construir este país sobre una base consensuada de diálogo permanente.
Y continuó: “Firmamos este acuerdo político para el avance del caso del asesinato del abogado Dorval, para el restablecimiento de la seguridad y el desmantelamiento de las bandas, para la liberación de los presos políticos…”. ¡Pobre abogado Dorval! ¡Rich G9 y aliados, GPèp, 400 Mawozo y otros!
“La única concesión que se ha hecho es el establecimiento de un ejecutivo bicéfalo”, ha subrayado Me Michel, como si quisiera decir que durante la transición no habrá un presidente provisional de la República. El país será dirigido por el Consejo de Ministros bajo la dirección de Ariel Henry, Primer Ministro”, dice Le Nouvelliste. Cabe señalar que el ex senador Nenel Cassy, un tránsfuga del SDP abortado, pasó todo un año beneficiándose de la generosidad del gobierno, sin inmutarse.
También hay que señalar que el Primer Ministro Ariel Henry prometió mucho, al declarar que “este acuerdo recoge casi todas las demandas y recomendaciones legítimas formuladas por diversos sectores de la vida nacional, en el sentido de que permitirá que los asuntos del Estado se lleven a cabo en armonía y buen entendimiento durante el período provisional, que espero sea lo más breve posible, para lograr nuestro principal objetivo común, que es la vuelta al funcionamiento normal de nuestras instituciones democráticas sobre una nueva base, en un entorno seguro y estable”.
Más de un año después, no se ha hecho nada de eso. No se ha respetado ningún compromiso del representante del PHTK con el SDP y otras organizaciones políticas. No sólo no se han tomado las medidas necesarias para la aplicación del acuerdo, sino que tampoco se han creado los distintos organismos previstos. Es decir, la República no ha podido beneficiarse de la firma del acuerdo del 11 de septiembre de 2021 con esta franja de la oposición política/SDP, tras más de 12 meses de gobierno. Durante este período, hay que decir que la miseria de la población se ha vuelto más abyecta, la inseguridad más terrible, la corrupción más estatista, la justicia más podrida y la gangsterización más social. Una verdadera traición a los deseos de la población, que en un momento dado esperaba un nuevo impulso en relación con los discursos de quienes decían defender sus intereses.
*Entre SDP y Nenel Cassy, ¿dónde está el traidor?
Históricamente, las luchas populares en Haití suelen romperse por la traición. Los políticos siempre hacen gala de utilizar el sufrimiento del pueblo en las batallas políticas para beneficiar sus propios intereses en detrimento del interés superior de la nación.
Por lo que respecta a este artículo, entendemos que el mandato presidencial de Jovenel Moïse, además de ser improductivo, ha estado marcado por una inestabilidad política que él ha creado o no ha sabido evitar, dejando así el campo libre para que los adversarios políticos le tomen la palabra, a pesar de sus numerosos llamamientos al diálogo hasta su asesinato.
Irónicamente, antes de la firma del acuerdo del 11 de septiembre de 2021, el SDP había equiparado en abril de 2019 las consultas políticas del Ejecutivo con una iniciativa de reparto del pastel. Los representantes del sector llegaron a escribirlo en una correspondencia fechada el lunes 1 de abril de 2019. El SDP, en su carta, citada por AlterPresse, precisó que la detención de todos los despilfarradores de los fondos de PetroCaribe, incluido el presidente Jovenel Moise, de todos los autores y cómplices de la “masacre de La Saline”, barrio popular del norte de la capital, y de los asesinatos perpetrados durante las manifestaciones pacíficas, figuran entre las reivindicaciones del pueblo que el sector pretende llevar.
Si hay que considerar como traidores a los que traicionaron al movimiento popular durante la época del PHTK, quizá sea difícil diferenciar entre el Secteur Démocratique et Populaire y Nenel Cassy, que los traicionó, en vista de la no aplicación del acuerdo del 11 de septiembre, que no ha sido efectivo. Lo cierto es que ni el SDP ni su presunto tránsfuga, el ex senador Nenel Cassy, al firmar el acuerdo del 11 de septiembre con el poder ejecutivo, han traído la calma y la gobernabilidad efectiva al país, a través de los juicios de PetroCaribe y la Masacre en los barrios populares, el restablecimiento de la seguridad y la paz, la formación de un consejo electoral, entre otros. Por el contrario, son los bandidos los que sustituyen al Estado en varios barrios de la zona metropolitana de Puerto Príncipe y en algunas ciudades de provincia. Las principales instituciones estatales son disfuncionales.
SDP, Nenel Cassy, división en el campo de los amigos convertidos en enemigos, golpe político o lo que sea, ningún interés por el pueblo a la vista.
Y pensar que el ex senador Nenel Cassy, miembro fundador del SDP, abandona ahora el SDP rompiendo el acuerdo del 11 de septiembre de 2021 con el PHTK, ¿cómo diablos puede ser esto útil para la moribunda República?