Según datos proporcionados por el Servicio Nacional de Migración de Panamá, más de 300,000 personas migrantes atravesaron el Tapón del Darién durante 2024, evidenciando una reducción del 42% en comparación con los 520,085 individuos que emprendieron esta arriesgada travesía el año precedente.
Esta notable disminución coincide con la implementación de políticas migratorias más rigurosas por parte del mandatario panameño José Raúl Mulino, quien ha establecido el control migratorio como prioridad gubernamental. El gobierno de Mulino ha respondido a la considerable presión ejercida por Estados Unidos, que demandaba acciones concretas para reducir el tránsito por el peligroso corredor del Darién.
Numerosos migrantes utilizan esta región selvática como ruta hacia México, previo a intentar ingresar a territorio estadounidense. El Tapón del Darién, una espesa selva que establece la conexión entre Colombia y Panamá, se ha transformado en un corredor crucial aunque altamente riesgoso para quienes aspiran llegar a Estados Unidos.
Los desafíos en la zona abarcan desde riesgos naturales como desbordamientos y fauna salvaje hasta amenazas humanas, incluyendo traficantes y grupos delictivos, convirtiendo este trayecto en un segmento tristemente célebre de la ruta migratoria.
A pesar de estos obstáculos, la población venezolana constituyó el 69% de los migrantes en 2024, principalmente debido al deterioro económico y la inestabilidad política en su nación. También se registra una significativa presencia de migrantes haitianos que emplean la ruta del Darién en búsqueda de mejores oportunidades en Estados Unidos.
Desde su toma de posesión en julio de 2024, el presidente Mulino ha implementado diversas medidas para contener los cruces irregulares, incluyendo la instalación de barreras con alambre de púas en sectores del Darién y la imposición de penalidades económicas por ingresos no autorizados.
Adicionalmente, su administración ha establecido colaboración con Estados Unidos para financiar vuelos de deportación de migrantes hacia sus países de origen.
En una intervención parlamentaria, el señor Mulino enfatizó el compromiso gubernamental, manifestando: “Nuestra labor diaria está enfocada en impedir que la migración irregular alcance la capital panameña y el resto de nuestro territorio”. Según reportes de NBC News, hasta el momento, Panamá ha procedido con la deportación de 1,548 migrantes bajo convenios establecidos con Estados Unidos.
No obstante estas iniciativas, las instituciones migratorias de Panamá han confirmado que 209,000 ciudadanos venezolanos que atravesaron el Tapón del Darién durante el año anterior lograron proseguir su trayecto hacia el norte.
Esta situación particular se atribuye a la interrupción de vuelos directos entre Panamá y Venezuela, medida adoptada posteriormente a los cuestionados comicios venezolanos celebrados en julio de 2024.
Si bien se observa una reducción significativa en las travesías, expertos en la materia señalan que estas estrategias podrían carecer de efectividad sostenible.
Los detractores sostienen que estas medidas no resuelven los factores esenciales que impulsan la migración, tales como la precariedad económica, la represión política y los contextos violentos en las naciones de origen. Asimismo, plantean que la intensificación de los controles fronterizos podría forzar a los migrantes a optar por trayectos más arriesgados y clandestinos, incrementando su vulnerabilidad.
El Tapón del Darién persiste como emblema de la crisis migratoria hemisférica, donde individuos desesperados afrontan travesías peligrosas en búsqueda de protección y prosperidad. Numerosos venezolanos, que escapan de una prolongada crisis económica en su otrora próspera nación petrolera, mantienen su determinación pese a los impedimentos físicos y administrativos. Ciudadanos de Nicaragua, Cuba, Haití y otras naciones también transitan esta ruta aspirando encontrar refugio en territorio estadounidense.
Muchos migrantes no consiguen materializar sus aspiraciones. Algunos perecen por ataques de fauna silvestre, son víctimas de grupos delictivos o son interceptados por autoridades locales y repatriados. Quienes logran alcanzar Estados Unidos frecuentemente enfrentan deportaciones masivas, aunque el gobierno estadounidense ha concedido permisos temporales a ciertos grupos de migrantes.
CTN emitió un reportaje especial en 2021 enfocado en inmigrantes establecidos en El Paso, Texas, quienes habían completado la ardua travesía desde Brasil o Chile hacia Estados Unidos atravesando la ruta del Darién.
Los especialistas en migración subrayan que un enfoque meramente basado en el cumplimiento de la ley resulta insuficiente. Los elementos catalizadores de la migración —la situación de pobreza, los conflictos sociales y las desigualdades estructurales— demandan respuestas integrales que requieren la participación no solo de Panamá, sino de todos los países de la región. Se hace un llamado urgente a los dirigentes y organizaciones regionales para que prioricen iniciativas sostenibles que atiendan los orígenes fundamentales del desplazamiento, al tiempo que salvaguarden la integridad y el respeto a la dignidad de los migrantes.
Si bien el Tapón del Darién continúa siendo un punto neurálgico de la migración en el continente americano, los relatos personales de quienes lo atraviesan revelan las profundas luchas humanas que subyacen tras los números. Esto evidencia la apremiante necesidad de implementar soluciones holísticas ante una problemática que sigue desafiando a las naciones y poniendo a prueba la solidaridad internacional.
Crédito: Este artículo está basado en información de Reuters, publicado por NBC News el 3 de enero de 2025.