Afrikáners en camino a Estados Unidos tras obtener estatus de refugiado por parte de la administración Trump

Emmanuel Paul
Credit: Associated Press

Donald Trump pasa de las palabras a los hechos en sus esfuerzos por «blanquear» Estados Unidos.

El presidente de EE.UU. ha tomado medidas importantes para traer a un primer grupo de sudafricanos blancos que partieron de Johannesburgo este domingo con destino a Estados Unidos, tras haber obtenido el estatus de refugiados.
Esta decisión marca un giro controvertido en la política migratoria estadounidense bajo el segundo mandato del presidente Donald Trump, quien al mismo tiempo libra una feroz batalla para expulsar a inmigrantes provenientes de países mayoritariamente negros.

El vuelo chárter, organizado por las autoridades estadounidenses, despegó del Aeropuerto OR Tambo con 49 pasajeros a bordo, todos afrikáners —un grupo étnico descendiente de colonos europeos, principalmente neerlandeses.

El grupo está compuesto por familias, parejas jóvenes y algunas personas mayores.

Según documentos oficiales, el avión tiene previsto hacer escala en Dakar antes de continuar hacia Washington D.C., y luego hacia Texas, según informó CBS News.

“La solicitud de permiso de aterrizaje especificaba que se trataba de afrikáners que se estaban reubicando en Estados Unidos como refugiados”, declaró Collen Msibi, portavoz del Ministerio de Transporte de Sudáfrica, citado por CBS News.

La operación forma parte de una orden ejecutiva firmada en febrero por el presidente Trump, que instruyó a los servicios de inmigración priorizar la reubicación de afrikáners.

Justificó esta medida denunciando una supuesta “discriminación racial respaldada por el gobierno sudafricano contra los blancos”, en relación con una controvertida ley de reforma agraria.
“Debemos ofrecer refugio a quienes son perseguidos únicamente por su raza”, declaró Trump, según CBS News.

Este programa de acogida selectiva contrasta marcadamente con la política general de la administración Trump, que ha reducido drásticamente la admisión de refugiados de la mayoría de las regiones del mundo desde 2021.
También sorprende por la rapidez del proceso: mientras que las solicitudes de estatus de refugiado suelen tardar hasta dos años, los afrikáners involucrados fueron aprobados en cuestión de meses o incluso semanas.

La maniobra ha provocado la ira de Pretoria. El Ministerio de Relaciones Exteriores de Sudáfrica acusó a Washington de explotar una falsa emergencia con fines políticos.
“La reubicación de afrikáners bajo el pretexto de que son ‘refugiados’ es un intento evidente de desacreditar nuestra democracia constitucional”, afirmó el ministerio en un comunicado difundido por CBS News.

Sin embargo, el gobierno sudafricano aclaró que no buscará impedir las salidas voluntarias.

Según el Departamento de Estado de EE.UU., la embajada estadounidense en Pretoria se encargó de procesar las solicitudes.
“Aunque no podemos comentar casos individuales, el Departamento de Estado está priorizando la revisión de solicitudes de afrikáners víctimas de discriminación racial injusta”, señaló la administración a CBS News.

Históricamente, los afrikáners estuvieron en el centro del sistema del apartheid, que despojó a la mayoría negra —que representa aproximadamente el 75 % de la población— de sus derechos fundamentales hasta 1994.
Aún hoy, los blancos en Sudáfrica, que representan cerca del 7,3 % de la población, continúan gozando de un nivel de vida superior al promedio nacional.

Las tensiones diplomáticas entre Pretoria y Washington se han intensificado en los últimos meses, agravadas por desacuerdos en política exterior e interior. En marzo, el embajador sudafricano fue expulsado por Estados Unidos, profundizando aún más la división entre ambos países.

Está prevista una conferencia de prensa este lunes en el aeropuerto Dulles para marcar la llegada oficial de los refugiados afrikáners.
Pero más allá de las ceremonias, este caso pone de relieve una política migratoria selectiva y los debates persistentes sobre la cuestión racial dentro de la administración Trump.

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