Donald Trump volverá a tomar posesión como 47º presidente de Estados Unidos, según las previsiones de los medios estadounidenses, lo que supone un regreso histórico cuatro años después de su salida inicial de Washington en circunstancias controvertidas.
Las condenas de diversos tribunales y otros procesos judiciales en curso no habrán bastado, por tanto, para convencer a los estadounidenses de que abandonen al controvertido multimillonario.
Con esta elección, Donald Trump pasa a la historia. Es el único presidente que ha sido derrotado y ha vuelto a la Casa Blanca cuatro años después. También es el primer estadounidense elegido tras haber sido condenado. Fue condenado en un tribunal de Nueva York por violar las normas de campaña al pagar 130.000 dólares a una actriz de cine para adultos durante las elecciones de 2016. Su sentencia fue suspendida a la espera de los resultados de las elecciones, que acaba de ganar.
En un discurso desde su finca de Mar-a-Lago, Trump prometió «sanar» la nación, mejorar sus fronteras y crear una economía robusta, abordando la frustración de los votantes que luchan contra el aumento del coste de la vida. «Quiero agradecer al pueblo estadounidense el extraordinario honor que me ha concedido al elegirme su 47º presidente y 45º presidente», dijo Trump, subrayando la importancia de sus mandatos no consecutivos. Gracias a este regreso, Trump forma parte de un reducido grupo de líderes mundiales que han vuelto al poder tras una pausa en su mandato.
La victoria de Trump, lograda después de que los medios estadounidenses pronosticaran que Wisconsin le permitiría superar los 270 votos electorales necesarios, marca un cambio radical. El Partido Republicano recuperó estados como Georgia, Pensilvania y Carolina del Norte, que fueron cruciales para la victoria de la vicepresidenta Kamala Harris y supusieron un punto de inflexión para la campaña de Trump.
La victoria de Donald Trump también pone de relieve su resistencia frente a múltiples reveses legales y políticos, incluidos dos juicios de destitución y una condena penal. Este regreso a la presidencia, señala la CNN, «conllevará sin duda el despido del abogado especial Jack Smith», que ha perseguido varios casos en su contra. La negativa de Trump a aceptar la derrota en las elecciones de 2020 y su uso de desafíos legales han galvanizado a su base. Incluso convirtió la foto de su ficha policial en Georgia en un poderoso símbolo de campaña, afirmando que había sido «acusado por ellos».
A lo largo de la campaña, Trump ha hablado abiertamente de su deseo de hacer frente a los «delincuentes y bandas extranjeras» que, según él, han invadido las ciudades estadounidenses. Ha seguido apelando al populismo, según la CNN, posicionándose como defensor de lo que describe como un deslizamiento hacia la Tercera Guerra Mundial, al tiempo que promete «hacer la vida más asequible para los trabajadores estadounidenses». Los llamamientos de Trump a la venganza contra sus oponentes han sido un tema recurrente, lo que suscita preocupación sobre la futura dirección de su administración, pero la retórica de Trump y sus amenazas de venganza no han sido suficientes para convencer a la mayoría de los estadounidenses de que rechacen su agenda.
Aunque la mayoría de los estadounidenses consideró oportuno volver a entregar las llaves de la Casa Blanca a Donald Trump, su reelección supone un duro golpe para los inmigrantes, incluidos los haitianos ilegales y algunos grupos latinos que esperaban beneficiarse de una política migratoria más indulgente bajo el mandato de los demócratas.
Durante su campaña electoral, Donald Trump no perdió ocasión de lanzar ataques contra los inmigrantes haitianos en Estados Unidos, a los que promete deportar en masa. También acusó falsamente a los haitianos de Springfield (Ohio) de comerse las mascotas de los residentes locales.
El regreso de Trump pone de manifiesto la profunda división del panorama político estadounidense, con muchos partidarios que esperan con ilusión lo que esperan sea una presidencia transformadora y otros que temen que se avecinen tiempos tumultuosos.
Donald Trump tomará posesión el próximo mes de enero como nuevo Presidente de Estados Unidos para un mandato de cuatro años.
La jornada electoral fue todo un éxito para los republicanos, que recuperaron el control del Senado con la posibilidad de conservar la Cámara de Representantes.