WASHINGTON – El 20 de enero de 2025, el presidente Donald Trump pronunció su segundo discurso de investidura, centrado en la inmigración como piedra angular de la agenda política de su administración.
El discurso, pronunciado en la Rotonda del Capitolio, esbozó medidas radicales para transformar el sistema de inmigración de la nación y reforzar la seguridad nacional. A continuación se ofrece un análisis periodístico detallado de las promesas de Trump en materia de inmigración y sus implicaciones.
Declarar una emergencia nacional en la frontera sur
El presidente Trump comenzó anunciando una «emergencia nacional» en la frontera sur, que considera la prioridad inmediata de su administración. «Todas las entradas ilegales se detendrán inmediatamente», dijo Trump, señalando la intención de su administración de luchar contra la inmigración ilegal con un vigor sin precedentes.
Sin mencionar el apoyo estadounidense a Ucrania bajo la administración Biden, Donald Trump denunció que su predecesor había dado prioridad a las fronteras extranjeras sobre la soberanía estadounidense. «Tenemos una administración que ha proporcionado financiación ilimitada para defender las fronteras extranjeras, pero se niega a defender las fronteras estadounidenses», dijo Trump.
El marco de emergencia nacional permitiría a Trump asignar recursos federales y eludir ciertos obstáculos legislativos para aplicar rápidamente sus políticas. Los críticos de este tipo de declaraciones argumentan que tales medidas a menudo concentran el poder en el poder ejecutivo, lo que plantea preocupaciones sobre los controles y equilibrios y el potencial de abuso.
Restablecimiento de la política de «quedarse en México
El discurso de Donald Trump incluyó el restablecimiento de la política de «Permanecer en México», conocida oficialmente como Protocolos de Protección a Migrantes (MPP). Esta política obliga a los solicitantes de asilo en la frontera entre EE.UU. y México a esperar en México a que se tramiten sus casos.
Vamos a restablecer mi política de ‘quedarse en México’», dijo Donald Trump. El MPP había sido una característica de su primer mandato, y su restablecimiento pretende desalentar lo que describió como «solicitudes de asilo fraudulentas». Los críticos han expresado su preocupación por la seguridad y las condiciones de vida de los migrantes en las ciudades fronterizas mexicanas, pero la administración de Trump ve la política como una herramienta clave para reducir lo que ha descrito como una «invasión desastrosa» a través de la frontera sur.
Acabar con la práctica de «captura y liberación
El presidente Trump ha prometido eliminar la práctica conocida como «captura y liberación», por la que los migrantes detenidos en la frontera son liberados en Estados Unidos a la espera de su audiencia migratoria. «Pondré fin a la práctica de captura y liberación», dijo Trump, describiendo esta política como una laguna legal de la que se aprovechan los inmigrantes.
Según el planteamiento de Trump, los inmigrantes detenidos serían retenidos hasta que su caso pudiera ser juzgado o deportados inmediatamente. Aunque esta postura de línea dura está en consonancia con la agenda general de Trump en materia de inmigración, plantea problemas logísticos, sobre todo en lo que respecta al aumento de la capacidad de detención y las ramificaciones jurídicas de las deportaciones aceleradas.
Despliegue de tropas en la frontera sur
Para asegurar aún más la frontera, Trump anunció su intención de desplegar personal militar estadounidense. «Enviaré tropas a la frontera sur para repeler la desastrosa invasión de nuestro país», dijo, subrayando el compromiso de su administración de tratar la inmigración ilegal como una amenaza para la seguridad nacional.
El uso de personal militar en servicio activo para el control fronterizo siempre ha estado limitado por la ley Posse Comitatus, que restringe el papel de los militares en la vigilancia del interior del país. Sin embargo, la caracterización de Trump de la inmigración como una «invasión» sugiere que su administración podría aprovechar las excepciones legales para justificar tales despliegues.
Calificación de los cárteles mexicanos de la droga como organizaciones terroristas
En un significativo cambio de política, Trump declaró que los cárteles mexicanos de la droga serían designados como Organizaciones Terroristas Extranjeras (FTO, por sus siglas en inglés). «Bajo las órdenes que estoy firmando hoy, también designaremos a los cárteles como organizaciones terroristas extranjeras», dijo Trump.
Esta designación podría permitir al Gobierno estadounidense utilizar herramientas antiterroristas para combatir las actividades de los cárteles, incluida la congelación de sus activos y la imposición de sanciones. Sin embargo, esta medida podría tensar las relaciones entre Estados Unidos y México y complicar la cooperación transfronteriza en materia de seguridad.
La designación también plantea interrogantes sobre los criterios para etiquetar a los grupos como organizaciones terroristas y el riesgo de una escalada de violencia en México.
Invocación de la Ley de Enemigos Extranjeros
En su discurso, Donald Trump se comprometió a invocar la Ley de Enemigos Extranjeros de 1798, una ley poco utilizada que otorga al presidente el poder de detener o deportar a nacionales de países extranjeros considerados hostiles en tiempos de guerra o invasión. «Al invocar la Ley de Enemigos Extranjeros, ordenaré a nuestro Gobierno que utilice el inmenso poder de las fuerzas del orden federales y estatales para eliminar la presencia de todas las bandas y redes criminales extranjeras», dijo Trump.
Aunque el uso histórico de esta ley ha sido limitado, su reactivación bajo la administración Trump demuestra la voluntad de utilizar leyes obsoletas para hacer frente a los retos modernos de la inmigración. Los expertos legales han expresado su preocupación por el potencial de abuso y el impacto en las libertades civiles, en particular para los inmigrantes de regiones específicas.
Defenderse de la amenaza de invasión
En el centro de la retórica de Donald Trump, la inmigración no autorizada se presenta como una amenaza existencial para la soberanía estadounidense. «Como comandante en jefe, no tengo mayor responsabilidad que defender a nuestro país de amenazas e invasiones», dijo.
El uso repetido por Trump del término «invasión» refleja una narrativa más amplia destinada a galvanizar el apoyo público a una aplicación más estricta de la ley de inmigración. Los críticos dicen que el lenguaje corre el riesgo de deshumanizar a los inmigrantes y fomentar la xenofobia, pero la administración de Trump lo ve como una llamada necesaria a la acción.
Consecuencias para la política de inmigración
El discurso de Trump pone de relieve un enfoque de línea dura en materia de inmigración, marcado por una mezcla de acción ejecutiva, intervención militar y medidas legislativas. Sus propuestas están en línea con la agenda «America First», que prioriza la seguridad fronteriza y la soberanía nacional. Sin embargo, también abren el camino a importantes debates jurídicos y éticos sobre el trato a los inmigrantes y el alcance de la autoridad presidencial.
El discurso de Donald Trump presenta una visión global de la revisión de la política de inmigración estadounidense, con implicaciones de gran alcance para los actores nacionales e internacionales. A medida que se apliquen estas medidas, es probable que sean cuestionadas por grupos de defensa, expertos jurídicos y oponentes políticos, lo que garantizará que la inmigración siga siendo un tema central en el discurso político estadounidense.